MUJERESNo (Obedientes)

La palabra que más me mueve es – Observadora- Creo que al estar más atenta a nuestros entornos logramos notar y ayudar a los que les cuesta tener voz,que identifiquen sus problemáticas y cómo podemos solucionarlas, así como en algún momento lo aprendí al llegar a este país. Como mujer venezolana de familia venezolana y migrante por la emergencia humanitaria que se vivía en mi país, decidí llegar a Colombia sola para buscar un mejor futuro, al buscar estas oportunidades note muchas injusticias desde allí lucho por que las mujeres venezolanas, colombianas retornadas y mujeres victimas del conflicto puedan tener opciones para crecer, psicológica y laboralmente, así puedan liderar desde donde se encuentren una vida donde sean dueñas de sus sueños y decisiones sin discriminación, ni abusos. En nuestro propósito de apoyarnos como mujeres, hemos identificado cómo entre nosotras también tendemos al maltrato. Por esto, creamos (+JUNTAS) para luchar por la igualdad de mujeres entre territorios, no importa de dónde vienes SOMOS MUJERES

Mi esencia se define por mi sensibilidad, coraje y pasión. Me impulsa ser un agente de cambios, buscando una transformación interseccional, sostenible y justa. Como ciudadana del mundo, siento la urgencia de actuar colectivamente antes de que sea demasiado tarde, de tejer un presente y un futuro prometedor. Mi motivación surge de sanar el pasado y abogar por la justicia. Mis ancestros sufrieron negación de derechos y violencia sistemática en Córdoba, marcando a mi familia con migraciones internas. Estos dolores ancestrales, sumados a mis experiencias personales de violencia de género, me impulsan a repensar formas de lucha y resistencia. A través del ecofeminismo, abrazo la causa de un desarrollo sostenible y un mundo equitativo para las mujeres. Con la red de Mujeres No Obedientes de Bogotá formulamos un proyecto para apoyar a personas que menstrúan en contextos humanitarios, vital especialmente en crisis climáticas y escasez de recursos de saneamiento.

Mi esencia se define por mi sensibilidad, coraje y pasión. Me impulsa ser un agente de cambios, buscando una transformación interseccional, sostenible y justa. Como ciudadana del mundo, siento la urgencia de actuar colectivamente antes de que sea demasiado tarde, de tejer un presente y un futuro prometedor. Mi motivación surge de sanar el pasado y abogar por la justicia. Mis ancestros sufrieron negación de derechos y violencia sistemática en Córdoba, marcando a mi familia con migraciones internas. Estos dolores ancestrales, sumados a mis experiencias personales de violencia de género, me impulsan a repensar formas de lucha y resistencia. A través del ecofeminismo, abrazo la causa de un desarrollo sostenible y un mundo equitativo para las mujeres. Con la red de Mujeres No Obedientes de Bogotá formulamos un proyecto para apoyar a personas que menstrúan en contextos humanitarios, vital especialmente en crisis climáticas y escasez de recursos de saneamiento.

La palabra que mejor describe mi liderazgo es CORAJE, una cualidad humana, definida como la fuerza de voluntad que puede desarrollar una persona para superar ciertos impedimentos, sin miedo al fracaso, porque con Valor, decisión y apasionamiento llevo a cabo cada una de mis acciones, porque se necesita coraje para enfrentarse al flagelo de la violencia basada en género y poder empoderar a mujeres que les quitaron su voz y voto en su núcleo familiar y ante la sociedad. Soy una migrante Venezolana, mamá, hija, sobrina, prima nieta de migrantes Zulianos, que llegaron a Medellín en busca de nuevas oportunidades que les permitieran mejorar su calidad de vida, creo fielmente en la integración e inclusión social, actualmente soy la fundadora y directora general de la corporación mamás maravilla trabajo en contra de la violencia basada en genero y en imulsar el empoderamiento femenino y la autonomía económica de una mujer, hacemos incidencia en Bello y Medellín. Trabajar en el empoderamiento femenino de otras mujeres es reconocer lo importante que somos para sostenernos en la individulidad y en colectivo. Nos hemos enfocado en resignificar las labores de cuidado e informar para lograr romper los ciclos de violencia y ofrecer oportunidades a mujeres, muchas de ellas cabezas de familia.

Crecí viajando y viviendo en diferentes ciudades de Colombia, y conociendo la gran diversidad de cultura. Fue así cómo empezó mi curiosidad por conocer nuevas formas de concebir el mundo. Soy una fiel creyente que la diversidad nos hace fuertes, nos permite ver más allá y crecer como individuos pero también de forma colectiva. Soy una mujer empática y sensible, que busca luchar contra las injusticias y las desigualdades, que sabe los privilegios que la rodean y siente un compromiso por aprovecharlos para apoyar a otras personas. Mi liderazgo busca apostarle a la construcción de paz en un país que necesita reconstruir su tejido social, soy una apasionada por viajar a los territorios alejados del país para llevar aprendizajes sobre resolución de conflictos, siempre con la expectativa de crear construcciones colectivas que nos permitan crecer y mejorar. Creo en el poder transformador del amor, el amor genuino por nuestro entorno, por las personas que nos rodean y por las cosas que hacemos. Por eso, me encuentro desarrollando un proyecto en zonas golpeadas por la violencia para apoyar a mujeres víctimas del conflicto armado a reestablecer su bienestar emocional.

Me moviliza la pasión por la defensa de la dignidad humana. Creo fielmente en las causas que defiendo y entiendo que, desde diferentes frentes y orillas, tenemos capacidad de incidir, combatir y resistir realidades injustas que menoscaban la dignidad de las personas. En particular, mis esfuerzos se concentran fundamentalmente en dos mecanismos: la formación y la investigación. Siempre sentí incomodidad con los comentarios con trasfondo discriminatorio por prejuicios de género, raza, etnia o nacionalidad, pero he tenido una especial sensibilidad con la migración impulsada por los múltiples procesos de movilidad que viví desde muy corta edad y con el género por las múltiples violencias que nos atraviesan a las mujeres en la cotidianidad. La vida me llevó por caminos que me permitieron entender que debía transformar la indignación en acciones concretas y decidí empezar a trabajar activamente, desde un enfoque de género e interseccional, para combatir las múltiples violencias que enfrentan las poblaciones históricamente vulneradas. Esta decisión me ha llevado por el camino de los Derechos Humanos como ejercicio personal, ciudadano y profesional.

No podría precisar en una sola palabra lo que define mi movilización, sin embargo, la palabra que podría compilar los pilares de mi liderazgo es *disposición*. Siempre estoy dispuesta a velar por que todas las personas sean escuchadas y tenidas en cuenta, dispuesta a arriesgar todo por quienes necesitan una ayuda y dispuesta a seguir todo aquello que mi corazón siente y desea fervientemente. Creo firmemente en que hacer un liderazgo desde el amor y la comprensión es eficaz para abrazarnos y apoyarnos en medio de un mundo hostil y cruel logrando con ello una transformación y liberación personal y social que nos permite comprender las realidades sociales desde una perspectiva de comprensión, empatía y unidad. Soy hija de padres migrantes internos que en busca de mejores oportunidades salieron de sus lugares de orígenes para subsistir y aún con todas las adversidades que atravesaron lograron sacar adelante a tres hijos. Es por esto por lo que tengo la convicción de que las personas migrantes, en especial las mujeres, deben poder contar con espacios seguros y redes de apoyo que velen por sus derechos y en las que puedan encontrar un aliento para salir adelante y tener la seguridad de que podrán vivir en condiciones óptimas, sin miedo y puedan desenvolverse libremente. Es por ello por lo que me involucro en velar por el bienestar de todxs y estoy dispuesta a ir hasta el final para crear una red de apoyo y confianza a la que puedan acudir.

Me mueven las causas sociales y la defensa por los derechos humanos de la población Migrante, Retornada y de la comunidad de acogida en Cartagena. Como Representante legal de la Corporación Movimiento de Mujeres Lideresas Venezolanas en Cartagena, creo en el poder de los procesos comunitarios y de la integración con otros liderazgos para unir fuerzas por un bien común. Desde que tome la decisión de migrar con mi familia lo hice con determinación y resiliencia, esto me ha llevado a orientar a otras personas migrantes, regugiadas y retornadas en su llegada. Me gusta estar en procesos comunitarios. Construir y aportar en los procesos sociales para lograr mejores condiciones de vida para todos, por ello me capacito constantemente y estoy calificada para la prevención de VBG, trata de personas y ESCNNA. Hoy hago parte de las filas de la red de Mujeres No Obedientes de Cartagena, le apostamos a cambiar los imaginarios sobre la educación sexual y la prevención de ETS.

Mi liderazgo lo definen las palabras «conciliación» y «empatía». La primera, porque ante picos de xenofobia en mi ciudad; y las tensiones que ello trae, he buscado siempre la manera de que seamos más receptivas entre mujeres y a intercambiar ideas con tolerancia y respeto. La segunda, porque creo que no hay mejor manera de entender la diversidad entre nosotras que siendo capaces de ponernos en los zapatos de la otra. Creo fervientemente en que, más que números y cifras dadas por Migración Colombia y el DANE, venezolanas y colombianas somos historias de sororidad. Por eso siempre las escucho, las leo, las escribo y las replico en cada encuentro entre mujeres al que voy. Creo en las luchas que reconocen la interseccionalidad porque a todas nos atraviesan realidades distintas como: la maternidad, la menstruación y la migración y cómo muchas veces estas pueden afectar nuestra salud mental. Por eso es que, junto con mujeres diversas de mi ciudad, Bogotá, quiero apoyar a mujeres más vulnerables en su proceso migratorio y a empoderarlas en el autocuidado menstrual.

Me mueve pensar y actuar a través del bien común y en comunidad. Trabajo con mujeres migrantes y retornadas en contextos vulnerables como defensora de sobrevivientes de violencias basadas en género. Por ello, he identificado que la juntanza entre mujeres y el sostenernos en colectivo es crucial para romper los ciclos de violencia a los que podemos estar expuestas. Así, es importante combatir las creencias sobre las relaciones interpersonales entre mujeres, educar en comunicación asertiva y sin violencias para fortalecer nuestros liderazgos y el impacto de los procesos sociales y comunitarios en los que participamos.

Ejerzo mi liderazgo en base al amor y la convicción que todo es posible. Le otorgo valor a los cambios pequeños porque la suma de estos impactan a una comunidad. Quiero lograr en mi comunidad o por dónde paso un cambio mínimo en actitudes negativas hacia la otredad y transmitir que el diálogo es fundamental para transformar nuestros entornos. Llego a mi liderazgo gracias a algunos problemáticas que identifique en mi barrio. Gracias a ello formé una asociación de mujeres cabezas de familia y fueron estas las que me postularon como conciliadora en equidad ante una convocatoria del Ministerio de Justicia. Ejercer como conciliadora en equidad en el pace Comuneros- Cúcuta, me ha permitido trabajar con mujeres migrantes con derechos humanos vulnerados. Allí encuentran a una mujer empática, amorosa abierta escucharlas y a poder solucionar sus inconvenientes, se hace un trabajo no solo desde la conciliación sino de la orientación y el apoyo que a veces requieren. Desde + juntas en Cúcuta le apostamos a la importancia de crear redes de apoyo entre mujeres venezolanas, colombovenezolanas y colombianas para crear un tejido comunitario fuerte en el que nuestros derechos no sean vulnerados y tengamos una cultura de prevención

Creo en el poder de la sanación a través del reconocimiento de quienes somos. A partir de ahí podemos saber qué aportarle a la sociedad.La palabra que definiría mi liderazgo es aprendizaje.Aprender sobre las diferentes vivencias de cada uno para así comprender y generar estrategias de cambio en realidades injustas.

La palabra que define lo que me moviliza es SOLIDARIDAD, creo que para poder movilizarnos socialmente es necesario conocer, comprender y aceptar a lxs demás; porque si no tenemos empatía o no nos “ponemos en los zapatos del/la otrx” no podemos garantizar la lucha por aquellos derechos que están siendo vulnerados. En mi liderazgo siempre busco ayudar a lxs demás; no para darles soluciones, porque comprendo que los procesos son distintos y que estos deben ser respetados y dignificados; si no porque es importante que como lideresas y líderes estos dispuestxs al servicio de lxs demás con empatía y respeto. He recibido el apoyo y la guía de muchas mujeres en mi vida, lo que me ha permitido llegar hasta donde estoy. Mi mamá y hermana fueron las primeras mujeres en enseñarme sobre solidaridad y sororidad; mis amigas de colegio han sido una base fundamental en mi crecimiento como persona, entre esas las compañeras de lucha de mi ciudad, Cartagena, de las cuales he aprendido sobre las luchas raciales y barriales; conozco mujeres migrantes venezolanas y he conocido sus vivencias y perspectivas de la vida y me han enseñado sobre fuerza, resistencia y amor por su familia. Me he unido con mujeres de mi ciudad para luchar por la prevención de las Enfermedades de Transmisión Sexual y desde mi liderazgo, trabajar en compañía de estas mujeres ha sido fundamental para poder crear esas redes de apoyo que necesitamos para fortalecer los conocimientos y habilidades sociales. La salud de las mujeres y niñas es indispensable para continuar la transformación social desde la equidad e igualdad de género, los derechos sexuales y reproductivos y el acceso a una salud integral de calidad.

Me describo como una mujer comprensiva, soñadora y en resistencia. Soy víctima del conflicto armado, que ha intentado defender la diversidad en sus múltiples manifestaciones y defensora de la justicia. Soy hija, hermana, sobrina, amiga incondicional, amante de la literatura, de las ciencias complejas y mágica de las comunidades étnicas y del saber de mis ancestras y ancestros. Por tanto, soy una soñadora incansable y trabajadora de la comunidad Negra y Palenquera a la cual pertenezco, pero también convencida en la lucha y defensa de una sociedad mas incluyente. Por ello me he juntado con mujeres de mi etnia y de otras realidades para reivindicar los derechos de la comunidad palenquera en el país, pero también para apoyar el trabajo trasformador de las victimas del conflicto armado y la capacidad de sanar desde lo individual y colectivo desde sus conocimientos ancestrales. De esta mano, estoy impulsando memprendimientos liderado por mujeres, que puedan ayudar en procesos de sanación, formación, trasformación y sostenibilidad.

Mi liderazgo lo he ejercido desde la solidaridad, que implica dejar a un lado nuestras cosas para hacer un apoyo colectivo, ser y hacer. Quiero lograr consicencia de que la oportunidad que tenemos conociendo las historias de cada persona se llega a obrar con más humanidad. Por coincidencia llegué a Mujeres No Obedientes. Dado que deseaba algo nuevo para mi vida y compartirlo con otros. Así, comparto información pertinente con procesos de educación y orientación en salud para que no pierdan oportunidades, sin importar su lugar de origen todos merecen tener oportunidades y derechos para construir sus proyectos de vida

La palabra que me definiría es empatía, la palabra que definirá lo que me moviliza es -acción- creo que la acción es el reto que tenemos como líderes en cualquier tema y lucha. La palabra acción describe lo que se debe hacer si emprendemos el camino del trabajo social y Político. Con mi liderazgo me gustaría lograr poder dejar huella en algunas personas y continuar con el trabajo que ya muchas ancestras nos dejaron. La educacón recibida por mis papás fue importante porque a mis 19 años me ha motivado pertecer a espacios sociales y políticos con enfoque de género y eso es por la crianza que tuve. Hago parte de 3 colectivas y dos son feministas en esas colectivas tenemos un trabajo netamente con mujeres para que a través del arte queremos que las mujeres descubran su Lucha y expresividad. Desde +juntas queremos incidir sobre un tema que no es muy tratado y es de la violencia entre mujeres y como se ha normalizado. Cúcuta comoo zona fronteriza se normaliza esta práctica, le apostamos a una mejor integración entre mujeres venezolanas, colombovenezolanas y colombianas.